Siendo que aquí también llegaron esclavos africanos y que los de linaje Congo se agruparon sobre todo en Barlovento y en el Sur del Lago de Maracaibo, estos asentamientos por alguna razón desarrollaron más su influencia musical que la mágico religiosa. Es por ello que encontramos numerosos antecedentes de la presencia negro-afroide en las diferentes manifestaciones culturales; Velorios de Cruz, San Benito, San Juan, entre otros. La religiosidad afrolatina se conservó durante muchos años en un profundo misterio. No fue sino hasta la llegada a nuestro país de Joaquin Pou, mejor conocido como Tata Macho, que el culto a la Regla Palo Monte cobro popularidad. Macho como fue conocido por muchos, llegó de Cuba con una maleta de conocimientos en su memoria, sin saberlo emuló a los viejos esclavos lanzados al exilio, al igual que ellos no trajo otra cosa que su fe. Instado por el Babalawo Isidro Quiroga, Macho “arma” sus fundamentos de palo y de allí a la fecha ya es historia conocida. A Macho se le atribuye la socialización del palo en Venezuela, por lo que fue criticado, perseguido y al final muy respetado; hablar del palo en Venezuela es hablar de Macho.
El Tata Macho es el que impone la utilización del “collar de palo”, como una manera de identificar a los paleros de los seguidores de otras tendencias religiosas. Al principio el collar era de cuentas negras con cuentas verde cristalino y caracoles pero al agotarse en el país las cuentas verdes cristalinas, las cambia por cuentas de color rojo y así se estandariza el uso del collar. Se dice que el verdadero collar de palo es una cadena que cruza el cuerpo, como un collar de bandera. Sin embargo cada Casa , cada Rama tiene sus características generales.