ORISHAS DE LA PROSPERIDAD

Por Pedro Peñaloza


    Dentro de la Regla de Osha nos encontramos con Orishas que enfatizan su acción hacia la estabilidad y evolución económica, cosa que en estos tiempos pareciera cada vez más necesaria. No es que de la noche a la mañana, por la acción de estos astrales, tendremos montañas de dinero a nuestra disposición, pero si nos darán la evolución necesaria para tener tranquilidad, abriéndonos los caminos y presentándonos oportunidades para generar los bienes necesarios para vivir en mayor armonía.


    Los estudios realizados y conversados con diversos mayores, entre ellos Alberto Quintero, Javier Abreu y Pedro Cubero,  nos encontramos con el primer grupo de los Orishas de la Prosperidad (económica), estos  son Oshumare, Ajé Shaluga (Aye Shaluga), Orisha Ayé, Orisha Oko y Olokun. Estas deidades pueden ser recibidas tanto por religiosos consagrados (Iworos) como por aleyos, entrando en el rango llamado Orishas de Addimú. Es necesario aclarar que si bien existe consenso en que las deidades que se describen a continuación están en el rango de los Orishas de la Prosperidad, esto no significa que la lista no sea más extensa o que otros religiosos tengan variados conceptos y en la medida del desarrollo de esta investigación socializaremos sobre otras deidades .
 

Aye Shakuga
Orisha de la salud, de las primeras riquezas y de la suerte, Su emblema es una concha. Comerciantes y otras personas que buscan dinero activamente, lo adoran como su patrón y sitúan dineo en para propiciarlo. Se le considera venático, lleno de antojos y caprichos.
Simboliza para los yoruba el don del poder recibir el dinero necesario para una vida decorosa, el dinero para poder cubrir nuestras necesidades y las de la nuestra familia.


Aye Shaluga es conocido como el Tesorero de los Orishas. Es el encargado de mantener protegida las riquezas del planeta. Algunos dicen que es macho y otros que es hembra, además, creen que no tiene brazos.


Oshumare


Orisha que ayuda a propiciar la abundancia y la riqueza, representa el movimiento, la permanencia, representa la unión entre el cielo y la tierra, el equilibrio entre los Orishas y los hombres , deidad de gran iluminación que sólo toca la tierra después de la tormenta, por lo que además se recibe para darle fin a procesos tormentosos. Representa la coronación de Yemaya; Yenya negoció esta posición con Olofi para detener las inundaciones y así el mundo tuviera solidez, a cambio Olofi dejó caer del cielo destellos de múltiples colores y la Orisha quedó deslumbrada por el espectalulo de lo que hoy se conoce como el arco iris. Cuando la santa recibió este presente de Olofi, recogió sus aguas y se dio surgimiento al mundo, naciendo los continentes. Desde entonces al arco iris se le conoce como la corona de Yemaya.
 

Orisha Aye


Es uno de los Orishas asociados a la corriente de Oshun y se afirma que representa la estabilidad en el matrimonio y los bienes obtenidos dentro de este. Es la divinidad de la prosperidad, encargada de proveer cuantiosas riquezas a los seres humanos. Representa el vientre de Oshun.


Orisha Oko
 

Es un Orisha que en la naturaleza representa la tierra y en la vida el trabajo agrícola y los cultivos. Está relacionado directamente con la agricultura y el campo. Protector de la labranza y los arados. Da fortaleza a la vida porque proporciona los medios de sostén de la misma dando los alimentos necesarios para vivir. Representa la prosperidad y la fecundidad, por eso las mujeres estériles recurren a él. Responsable de las cosechas, las lluvias, el fuego interno capaz de partir la tierra y los animales. Tiene dos personalidades, de día representa al hombre puro y perfecto, de noche se disfraza de Ikú (la muerte).
 

Olokun
 

Olokún es el orisha de los océanos, donde toda vida se originó, y el protector de sus riquezas y misterios. Esta divinidad es considerada uno de los más asombrosos orishas del panteón yuruba. está relacionado con los secretos profundos de la vida y de la muerte. Proporciona salud, prosperidad y evolución material. Da mayor estabilidad en las cosas espirituales y materiales a quien lo recibe.